El cáncer de piel es el tipo de cáncer más común en el ser humano. Dentro de este grupo, el carcinoma basocelular es, con diferencia, el más frecuente: representa más del 80% de los casos.
Afortunadamente, este tipo de cáncer rara vez hace metástasis (es decir, no se disemina a otros órganos), por lo que no suele considerarse uno de los cánceres más letales. Sin embargo, puede crecer de forma local e invasiva si no se trata a tiempo, afectando tejidos cercanos.
Además del carcinoma basocelular, existen otros dos tipos principales de cáncer de piel:
- Carcinoma de células escamosas: Es moderadamente agresivo y puede diseminarse si no se trata.
- Melanoma: Es el más peligroso de los cánceres de piel. Está asociado con los lunares y puede provocar metástasis rápidamente. De hecho, es uno de los tipos de cáncer más agresivos en todo el cuerpo humano.

¿Por qué es tan importante detectar el cáncer de piel a tiempo?
A diferencia de otros tipos de cáncer, el cáncer de piel tiene una ventaja clave: podemos verlo con nuestros propios ojos. Esto permite una detección temprana, siempre que estemos atentos a los cambios en nuestra piel.
Es fundamental revisarnos la piel regularmente, prestando especial atención a cualquier lesión nueva, especialmente si aparece en zonas expuestas al sol.
¿Qué debemos observar en los lunares?
Existe una regla sencilla para detectar signos de alarma en los lunares: la regla del ABCDE:
- A – Asimetría: Si divides el lunar en dos partes y no son iguales, podría ser sospechoso.
- B – Bordes: Los bordes deben ser regulares. Si son irregulares o dentados, es un signo de alerta.
- C – Color: Un lunar con varios tonos de marrón, negro, o que cambia de color, puede ser motivo de preocupación.
- D – Diámetro: Si mide más de 5 mm (el tamaño de la goma de un lápiz), es importante revisarlo.
- E – Evolución: Cambios en tamaño, forma, color, sangrado o ulceración indican que debe ser evaluado por un dermatólogo.

¿Qué causa el cáncer de piel?
Más del 90% de los casos están directamente relacionados con la exposición a la radiación solar ultravioleta (UV). Por eso, los dermatólogos insistimos tanto en la importancia del uso diario de protector solar.
Protector solar: no es un lujo, es prevención
El protector solar no es un cosmético, sino una herramienta esencial de salud. Debe aplicarse todos los días, incluso si está nublado o lloviendo, ya que los rayos UV atraviesan las nubes.
Para una protección eficaz:
- Aplícalo 30 minutos antes de la exposición solar.
- Reaplica cada 4 horas, especialmente si sudas, nadas o estás al aire libre por mucho tiempo.
- Asegúrate de que sea resistente al agua si vas a la playa o piscina.
- Usa uno que proteja contra rayos UVA, UVB, y si es posible, luz azul e infrarroja.
Cuida también a los más pequeños
Los niños son especialmente vulnerables. Para los 18 años, ya habrán recibido más del 50% de la radiación solar que recibirán en toda su vida. Es fundamental:
- Aplicar protector solar en los niños mayores de 6 meses.
- Usar ropa con protección UV, sombreros y buscar sombra en momentos de alta radiación.
- Evitar quemaduras solares a toda costa, ya que aumentan significativamente el riesgo de cáncer de piel en la edad adulta.
Conclusión: El cáncer de piel es muy común, pero también altamente prevenible y detectable. Con buenos hábitos, revisiones periódicas y el uso adecuado de protector solar, podemos reducir drásticamente el riesgo. ¡La prevención está en tus manos!
Artículo elaborado por la Dra. Kathya Guisell Chinchilla Castañeda
Médica dermatóloga y dermatopatología, especialista en enfermedades de la piel, uñas y cabello.